"Cada país tiene el derecho de realizar maniobras, siempre y cuando lo haga en el marco de acuerdos internacionales, pero la reciente práctica rusa de llevar a cabo ejercicios imprevistos causa una gran preocupación, los ejercicios inesperados, impredecibles y súbitos aumentan la inestabilidad", destacó el representante, que prefirió permanecer anónimo.
Subrayó que la propia Alianza "no ha realizado maniobras imprevistas desde que finalizó la guerra fría".
"Las maniobras imprevisibles rusas contradicen el documento de Viena sobre las medidas para fomentar la confianza y la seguridad", dijo.
El interlocutor de la agencia constató que la OTAN "está abierta al mundo en lo referente a sus ejercicios militares" y espera otro tanto de Rusia.
Anteriormente el viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antónov, aseguró que Rusia había informado a los países de la OSCE sobre las maniobras navales de gran envergadura que comenzaron en el Ártico en el marco de una inspección sorpresa a las Fuerzas Armadas.
Subrayó además que aunque la cifra de participantes no fue declarada, en todo caso no supera el máximo establecido en el Documento de Viena de 2011 de obligada notificación.
Los expertos rusos consideran que este tipo de ejercicios, que comenzaron a realizarse a partir del 2012, contribuyen a mejorar la interacción entre las distintas unidades y los diferentes tipos de tropas del Ejército de Rusia.