"No solo apreciamos que el precio del petróleo va a la baja o ha tenido una enorme inestabilidad en cuanto a su precio y que ha disminuido, sino esto al final de cuentas reduce de manera sensible los ingresos del Estado", comenzó por mencionar el presidente en un discurso ante la 78ª Convención Nacional Bancaria anual reunida en el puerto de Acapulco.
El Gobierno del décimo productor mundial de crudo ha decidido "ajustar de manera preventiva su gasto, apretarse el cinturón, optimizar su gasto", dijo el mandatario, recordando un recorte hecho al presupuesto de este 2015, por unos 8.300 millones de dólares, como una prueba de su política de austeridad y equilibrio fiscal.
El gobierno mexicano evitó otras medidas, tales como "recurrir al crédito, o haber eventualmente implementado nuevos impuestos", enfatizó el mandatario.
Esa posición deja claro que el presidente no endeudará más al país latinoamericano, ni aumentará impuestos para compensar los ingresos provenientes de la carga fiscal a la endeudada petrolera estatal Pemex, en plena apertura a la inversión privada en la industria petrolera.
"Lo que hemos decidido hacer es, precisamente, ajustar nuestro gasto, conscientes de que los precios del petróleo han disminuido y esto genera una disminución también en los ingresos del Estado mexicano y de todos los niveles de gobierno", recordó Peña a los banqueros.
Esa política va a profundizarse: "Para 2016 haremos un rediseño integral del presupuesto de egresos", anunció el mandatario, convencido que la caída de los precios en el mercado mundial podría prolongarse hasta el fin de su mandato en 2018.
El proyecto de presupuesto del próximo año 2016 "se construirá desde cero, lo que implicará una revisión a fondo, en lugar de una mera modificación inercial como ha ocurrido desde hace más de una década", dijo el presidente con énfasis.
La media irá acompañada de una "evolución de la Administración Pública Federal", dijo Peña sin mencionar detalles de su nuevo plan de presupuesto, ni montos de los nuevos recortes, ni nuevos modelos de la gestión pública.
En cambio ofreció una formulación general.
"Si el país se está transformando, si los mexicanos en democracia hemos decidido cambiar, transformarnos, movernos de manera más acelerada hacia un mayor desarrollo, es claro que el Gobierno de la República también debe transformarse", dijo el presidente para defender la nueva política de austeridad fiscal y eficiencia.
Todos los miembros del Gabinete presidencial deben ahora realizar un análisis profundo de sus carteras, "a fin de evitar duplicidades y encontrar áreas de oportunidad", para ahorrar recursos.
"Dentro del Gobierno también habremos de romper inercias y paradigmas", proclamó el mandatario, que ha sido criticado por algunos gastos como la compra de un nuevo avión presidencial.
El presidente se comprometió a cambiar "políticas públicas, programas gubernamentales que ya no corresponden a la realidad del país, ni a las nuevas demandas de la sociedad", para construir "el Gobierno del Siglo XXI".
México es el segundo productor latinoamericano de petróleo detrás de Venezuela y delante de Brasil, Colombia y Ecuador; sin embargo, el impacto de los bajos precios ha encontrado a esos países en posiciones distintas de vulnerabilidad.
