El veredicto del Tribunal Supremo obliga al gobierno a publicar 27 misivas que el heredero de la Corona envió a siete ministerios, reflejando su punto de vista sobre cuestiones presuntamente de su interés.
Las llamadas 'cartas de araña', en referencia al estilo de la grafía del príncipe, datan entre 2004 y 2005, cuando gobernaban los laboristas y Tony Blair ejercía de primer ministro.
El diario The Guardian solicitó acceso a la correspondencia de contenido político del primogénito de la Reina acogiéndose a la legislación en Libertad de Información, vigente desde el 2000.
La petición fue denegada hasta que el Tribunal de Información falló a favor del periódico.
Pero, en 2012, abogado general del Estado, el conservador Dominic Grieve, impuso un veto a la publicación de estas cartas que, según dijo, contienen "las opiniones y creencias más personales" del príncipe.
Grieve advirtió entonces que la libre circulación de las misivas podría socavar "la neutralidad política" del futuro rey.
En una decisión mayoritaria –de cinco contra dos jueces– el Supremo concluyó hoy que el gobierno no puede vetar un dictamen del Tribunal de Información.
El primer ministro David Cameron reaccionó con furia al fallo del máximo órgano judicial de Reino Unido.
"Es un veredicto decepcionante. Se trata del principio por el que los altos miembros de la familia real pueden expresar sus opiniones confidencialmente al gobierno", señaló el dirigente conservador.
El portavoz del príncipe Carlos en Clarence House también expresó su "decepción de que no se haya respetado el principio de privacidad".
El Gobierno deberá publicar las 27 cartas en un plazo previsto de cuatro semanas, aunque es probable que antes se tachen los párrafos más comprometedores que Carlos pudo plantear a los ministros sobre leyes favorables a sus múltiples intereses comerciales, agrícolas, urbanísticos o benéficos.