Según los testigos, los asesinos de Buzina le ultimaron de cuatro disparos realizados desde un automóvil de color azul oscuro, tras lo cual se dieron a la fuga.
El periodista murió en el acto a consecuencia de las heridas recibidas en la cabeza y el pecho.
El rotativo ruso reporta que en Kiev comenzó la operación de búsqueda y captura de los asesinos, mientras el asesor del ministro de Interior, Antón Gueráschenko, llamó a todos los que estuviesen vinculados a la organización o financiamiento del Antimaidán u otras acciones contra el Maidán y considerasen que sus vidas peligran, a dirigirse a los órganos del orden "para no seguir los pasos de Kaláshnikov y Buzina".
El exdiputado de la facción opositora Partido de las Regiones, Oleg Kaláshikov, fue asesinado también, pocas horas antes que Oles Buzina.
Buzina era reconocido por su crítica al estado ucraniano, y algunas de sus ideas eran consideradas como abiertamente provocativas o incluso antiucranianas.
Según Gazeta.ru, el periodista apoyaba la idea de la unificación "del pueblo ruso", generando incomodidad entre sus coterráneos.
"Un periodista que no es llamado a juicio no es un periodista", comentó en cierta ocasión Buzina a un corresponsal de Gazeta.ru, al admitir que le gustaba ser provocativo.
Buzina subrayó en reiteradas ocasiones que le incomodaba la violencia, quienes le conocían le caracterizaron como un hombre firme en sus convicciones.
La serie de asesinatos sucedidos en Ucrania ha llamado la atención de la OSCE, que exigió investigar operativamente estos escandalosos crímenes.
Por su parte, diversas figuras políticas ucranianas buscan encarecidamente la "huella rusa" en estos asesinatos.
Según Victoria Syumar, de la facción parlamentaria Frente Popular, calificó estos sucesos de "desfile de asesinatos políticos", afirmando que se trata de una operación especial para ser usada en medio de la guerra política e informativa con el objetivo de desestabilizar Ucrania.
Por su parte, según Gazeta.ru, el jefe del Centro de Investigaciones Políticas y Conflictología de Kiev, Mijaíl Pogrebínski, calificó esta versión de "delirio".
