'Sala de Espera', que se inaugura la tarde de este martes, incluye una exposición gráfica, proyecciones de películas y documentales, charlas académicas y recitales de música hasta mediados de junio.
Salvador de Madariaga, Arturo Barea y Chaves Nogales están entre los escritores y periodistas cuya obra y biografía se destacan en esta exploración de la aportación del exilio español a la lucha contra el fascismo y el nazismo.
"Las reflexiones de estos autores sobre temas de libertad, solidaridad o diálogo son un poderoso recordatorio de lo que une a las democracias liberales y la necesidad de defenderlas", sostiene el responsable del proyecto, Christian Ravina, en declaraciones a Sputnik Nóvosti.
La conexión gráfica con el presente la aportan artistas contemporáneos, como el fotógrafo catalán Jordi Ruiz Cirera y Gloria García Lorca, sobrina del célebre poeta andaluz asesinado durante la Guerra Civil.
Exiliada nacida en Nueva York, García Lorca presenta su instalación Windwall (literalmente 'Pared de Viento') en que dos mundos se contraponen y al mismo tiempo comparten sendos espacios desquebrajados.
"Es una evocación del desarraigo y el vivir entre dos culturas, la que nos rodea e informa nuestra vida y la que solo es una referencia de un país que no está presente", explica Ravina, abogado y periodista financiero que dirige en Londres una gestoría de proyectos culturales.
El comisario de 'Sala de Espera' ha reunido en el Instituto Cervantes obras publicadas en inglés de refugiados españoles para resaltar cómo su experiencia "forma parte de la historia de Reino Unido".
Mención especial merece 'La Forja de un rebelde', el celebrado relato de Barea sobre la contienda civil, que tuvo que aguardar a la transición democrática para llegar a las librerías de España.
La versión en inglés se publicó en 1946 y cinco años más tarde se editó por primera vez en castellano en Buenos Aires.
"Este proyecto también pretende ser una reflexión sobre lo que significa hoy en día ser un exiliado y cómo este concepto puede servir para describir algunas características del 'ciudadano global'", afirma el gestor cultural a esta agencia.
Se estima que unos 2.000 refugiados españoles residían en Reino Unido en 1942, además de muchos de los cerca de 4.000 'niños vascos de la guerra' que Inglaterra acogió tras el bombardeo de Gernika en 1937.
"Hoy serían bienvenidos porque ambos países son miembros de la Unión Europea, aunque ciertamente hay una corriente de opinión muy crítica con los movimientos migratorios en el discurso político de Reino Unido", reconoce Ravina horas antes de la inauguración oficial de 'La Sala de Espera'.