Romero acaba de publicar "Final de Partida", un libro en el que relata el declive del monarca en los años previos a su abdicación.
"Su imagen ya no es impoluta", asegura.
Desde Botsuana, donde Juan Carlos fue a cazar junto a su compañera sentimental hasta el año pasado Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la prensa extranjera empezó a hablar claramente "del declive de Juan Carlos I, de su error, de su mala imagen, del divorcio de los españoles, con mucha más claridad" que los medios españoles, estima Romero.
Romero explica en su libro cómo fue el descalabro institucional, político y personal de Juan Carlos que acabó con su reinado el año pasado.
La periodista relata desde el impacto del Caso Nóos, en el que están imputados su hija Cristina de Borbón y su yerno, su escapada a Botsuana descubierta tras su accidente, su acelerada desconexión de la realidad española, el alejamiento de su familia, y la aparición en 2004 de Corinna, la aristócrata alemana con la que mezcla amor y dinero.
El libro ha causado un gran impacto en España.
Romero explica a esta agencia que la emisión en 2013 de Canal Plus Francia de un crítico reportaje sobre la Monarquía, "Juan Carlos, el ocaso de un rey", en el que se analizaba el declive de la familia real, golpeada principalmente por los excesos del monarca –cacerías, presuntos amoríos, negocios– y el escándalo del caso Nóos, fue "un ejemplo de la cobertura negativa que empezaba a tener el rey" fuera de España, donde todavía los medios mantenía un tratamiento especial hacia la Casa Real.
El documento solo pudo verse en España en la televisión autonómica del País Vasco.
Romero cree que la imagen de Juan Carlos está muy desprestigiada y recuerda que fue abucheado por el público cuando asistió a la toma de posesión del nuevo presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, el pasado mes de marzo, aunque "en España esas imágenes no se dieron".
Romero estima, sin embargo, que hay espacio para remontar la popularidad de la monarquía con los nuevos reyes Felipe VI y Letizia.
Una vez que Juan Carlos ya no está "hay espacio para que los españoles puedan volver a convivir con una monarquía que no molesta, que no produce escándalos, que se comporta…".
El nuevo rey tiene que mantener los parámetros que quieren los españoles "que son transparencia y conducta ejemplar", aunque critica el comportamiento de Felipe VI hacia su hermana Cristina, que todavía no ha renunciado a la sucesión al trono a pesar de estar imputada en un escándalo de corrupción.
Romero sostiene que los medios de comunicación españoles realizan todavía "un tratamiento amable, de alfombra roja con la corona", que otras instituciones "no tienen".
"Si no tuvieran ese tratamiento especial, hubieran sido más críticos con el hecho claro de que el rey no ha obligado a su hermana a renunciar a sus derechos sucesorios", asevera.
La periodista se muestra muy crítica con el papel de la monarquía en democracia y opina que en caso de escándalo se deberían perder los derechos sucesorios.
"Los españoles no somos súbditos, somos ciudadanos, y la Constitución debería establecer que una persona que no se haya comportado ejemplarmente no debe tener derechos sucesorios".
"Cristina de Borbón no se merece la dignidad real, a todas luces lo ha demostrado, deberíamos tener la capacidad de retirarle ese honor sin que tenga que depender de ella, de su voluntad", afirma, esto, a su modo de ver, "es un ejemplo de los asuntos que podrían alejar a Felipe de los españoles".
Romero opina que la imagen de Juan Carlos en España depende de la brecha generacional.
"Los más mayores que vivieron la transición entienden que haya tenido una vida privada poco ejemplar", explica.
Los jóvenes "son más intolerantes y piensan que una monarquía debe basarse en una ejemplaridad desde el minuto uno".
Porque cuando uno "no vive tiempos dramáticos como el de la transición se es más exigente".
"Hay esa brecha generacional, pero también queda la duda de ese Juan Carlos completo que juzgará la historia, desde una manera más serena de cómo lo hemos visto tanto en sus tiempos más heroicos como en sus tiempos menos heroicos".
El Juan Carlos que describe Romero, extraídas de un más de un centenar de fuentes, es la de un hombre frívolo y egoísta, que quiere divorciarse, que le pide matrimonio a Corinna en 2013, que aborrece a su esposa Sofía, que no se lleva bien con su hijo y que no entiende por qué se casó con Letizia.
En definitiva, un hombre que solo quiere hacer lo que le da la gana.
