El constructor FAW (First Automotive Works), el tercero del país, está presidido desde hoy por Xu Ping, quien hasta ahora trabajaba en el segundo fabricante chino, Dongfeng Motor Corp.
El anterior presidente de FAW, Xu Jianyi, está siendo investigado por "severas violaciones de disciplina", el eufemismo que utiliza la prensa local para referirse a la corrupción.
Dongfeng había anunciado ayer que su nuevo presidente es el vicesecretario del Partido Comunista de China de la provincia de Jilin, Zhu Yanfeng.
La prensa local ha especulado en las últimas semanas con la fusión del segundo y tercer fabricante de coches del país.
El Gobierno chino tiene competencias para cambiar a los presidentes de sus poderosas compañías estatales y detrás de cada nombramiento suele haber una estrategia.
Pekín planea una política de fusiones para reducir las actuales 112 compañías estatales a sólo una cuarentena, que estarían más preparadas para competir en el mercado global.
La reforma de las compañías estatales, algunas tan grandes como ineficientes, está en la agenda económica del presidente Xi Jinping.
Muchas de ellas también se han visto afectadas por la campaña anticorrupción.
Días antes del movimiento en la presidencia de los constructores automovilísticos se conoció que las tres grandes compañías petroleras del país también estrenaban dirigentes.
La prensa local ha especulado también con próximas fusiones en el sector energético.
