El líder del partido Likud y actual jefe del gabinete de ministros de Israel logró conformar una coalición de mayoría parlamentaria.
Apenas dos horas antes de vencer el plazo de 42 días estipulado por la ley para los diálogos entre partidos, Netanyahu firmó un acuerdo con el partido La Casa Judía (ultraderecha religiosa), cuyos ocho candidatos elevaron la membresía de la coalición gobernante hasta la necesaria cifra de 61 de los 120 parlamentarios.
“Estas conversaciones fueron largas, tortuosas y en un principio, insatisfactorias para todas las partes; el asunto radica en que durante las conversaciones, cuando se realiza el ‘reparto’ de los puestos ministeriales y las recompensas por los apoyos, tradicionalmente surgen contradicciones entre los vencedores y aquellos con quienes quisieran conformar esta coalición gobernante”, declaró la jefa del departamento de estudios de Israel y las comunidades hebreas del Instituto de Estudios del Medio Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, Tatiana Karásova.
Durante las conversaciones Netanyahu perdió a uno de sus aliados, al partido Israel Nuestra Casa de Avigdor Lieberman, que tomó la decisión de pasar a la oposición, recuerda la experta.
Debido a ello el espacio del que Netanyahu disponía para establecer una coalición disminuyó hasta el mínimo, por lo cual el partido ganador Likud solo cuenta en la Knesset con 61 escaños contra 59 en poder de la oposición.
“Finalmente se logró conformar un gobierno de derechas, que incluye partidos religiosos, y a juzgar por la composición de este gobierno, su política exterior será sin dudas de mano dura”, constató Karásova.
A su vez, el especialista del Instituto de Valoraciones y Análisis Estratégico, Serguéi Demidenko, expresó la opinión de que la base del curso de la política exterior de Netanyahu, sobre todo con tales asociados, será en de confrontación con Irán y el mantenimiento de un status quo en relación a Palestina.
Esta posición, por lo visto, le costará una agudización de las relaciones con EEUU y Europa, según el experto.
“El principal objetivo estratégico de la política de Netanyahu a corto plazo será el uso de la ‘amenaza iraní’; todo lo que acontecerá ahora con Israel a nivel de política exterior, estará encaminado a enfrentarse a un Irán que se libera de las sanciones y establece relaciones de amistad con la comunidad internacional”, señaló Demidenko.
El experto está convencido que fue precisamente el paulatino fortalecimiento de las posiciones de Irán el que despertó los ánimos conservadores en Israel, y que “aprovechando estos ánimos, Netanyahu implementará su curso de política exterior e interior”.
“Él aprovechará de todos los modos posibles ‘la amenaza iraní’ para consolidar la sociedad, para distraer la opinión publica de los problemas internos, las dificultades económicas o de otra índole”, subrayó.
