Los hechos ocurrieron en diciembre del pasado año en Taiyuan (capital de la provincia de Shanxi), cuando Zhou Xiuyun fue detenida por la policía cuando los agentes intentaban llevarse a su marido y su hijo.
China police on trial for woman's beating death: report http://t.co/s9RuOU928t
— The Daily Star (@DailyStarLeb) 18 мая 2015
Éstos, emigrantes de la China rural, habían acudido para reclamar los 29.000 yuanes (casi 5.000 dólares) que el capataz les adeudaba en salarios después de haber trabajado en la construcción.
Los enfrentamientos se produjeron cuando la policía les impidió pasar a las obras y detuvo a los tres miembros de la familia.
Fotografías que circularon por internet pocos días después mostraban a Wang Wenjun, uno de los agentes, estirando del pelo de Zhou y pisándole la cabeza cuando estaba ya inmóvil en el suelo.
Los tres agentes están siendo juzgados en el Tribunal Popular Intermedio de Taiyuan por causar lesiones de forma intencionada y abuso de poder.
El esposo de Zhou padeció la rotura de varias costillas.
Al juicio asisten más de 200 personas, entre las que figuran legisladores, periodistas y asesores políticos, según la agencia Xinhua.
Esté previsto que el veredicto se conozca en seis días.
Pekín ha aprobado, entre otras medidas, la instalación de cámaras de videovigilancia en comisarías para acabar con los casos de abusos policiales.
Como en la lucha contra la corrupción, el Gobierno chino ha anunciado que actuará con firmeza contra los infractores: un policía fue ejecutado en julio pasado por haber matado a disparos a una mujer embarazada en Guangxi (sur de China).