Como explicó el director de la penitenciaria, Clériston Leite, la revuelta comenzó en el Pabellón 10 durante el día de visitas, por lo que el lugar estaba abarrotado de las familias de los reclusos.
El altercado se debió a una lucha entre facciones criminales por el control del recinto que se saldó con 7 asesinatos, entre ellos una decapitación, y la retención de 70 personas en el interior del pabellón.
Rebelião em presídio de Feira de Santana chega ao fim; oito pessoas morreram http://t.co/HFUGUXd4th pic.twitter.com/hsYosjVVQG
— UOL Notícias (@UOLNoticias) May 25, 2015
A pesar de que la Cámara Municipal de Salvador de Bahía anunció este lunes que la negociación con los reclusos está siendo coordinada por la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad y se encontraría muy avanzada por lo que varios de los rehenes, entre los que hay mujeres y niños, habrían sido liberados a lo largo de la mañana.
Según las declaraciones del comandante de la Policía Militar de Feira de Santana, Adelmario Xavier, al portal de noticias brasileño "g1" el clima en el interior del presidio es de "tranquilidad", por lo que se espera que la liberación del resto de los rehenes se produzca en las próximas horas.
La situación de la prisión de Feira de Santana es, una vez más, ejemplo del precario estado de muchas cárceles de Brasil, especialmente por causa de la superpoblación, a pesar de su capacidad teórica para 644 reclusos, la prisión albergaba en la actualidad a 1467 personas, es decir, más del doble de su límite teórico.
Se calcula que en todo Brasil existe un déficit de 200.000 plazas carcelarias, además la población de reclusos aumentó en un 128% entre 2000 y 2010, esto se une a denuncias como la realizada por la televisión Record en prisiones de Belo Horizonte, en las cuales los presos organizaban turnos de dos horas para poder dormir en los escasos colchones durante las noches.
