"La expansión de la OTAN es una cuestión muy sensible para Rusia. No solamente es un vestigio de la guerra fría, sino que en pleno siglo XXI ha acelerado su expansión en dirección a Rusia", dijo Segrillo quien cree que esta circunstancia estaría por detrás de la actual "mini guerra fría".
El fortalecimiento de la presencia militar de la OTAN junto a las fronteras rusas en las últimas semanas, con la inauguración del centro de la OTAN en Estonia el pasado 15 de junio, uno de los seis que la alianza implantará en el este de Europa, ha sido interpretado como una declaración de intenciones del bloque por el Gobierno del presidente ruso Vladímir Putin.
"No me gusta hablar de guerra fría en la actualidad porque existen claras diferencias con aquel periodo. En la actualidad Rusia, que pasó por una fase de fuertes reajustes en los noventas, no compite en igualdad de condiciones con Estados Unidos y la OTAN, sino que en realidad se está intentando defender", aclaró el experto brasileño, formado en el Instituto Pushkin de Moscú.
Sin embargo, Segrillo descartó cualquier intento de Rusia de intentar compensar esta desventaja buscando la consolidación de un bloque con China, "históricamente la alianza entre ambos países es muy difícil por la desconfianza mutua, aunque esto no quiere decir que no se buscarán continuamente para ir planteando alianzas estratégicas que puedan beneficiar ambas posiciones".
Ratificando las palabras del presidente Putin este viernes, cuando dijo que Rusia y China "no tienen mentalidad de bloque", Segrillo echó mano a una conocida expresión brasileña para explicar la posición de estos países a la hora de conformar una alternativa a la influencia de la OTAN: "Como suele decirse, la relación entre China y Rusia podría resumirse en la frase: los amigos íntimos no se van juntos a la cama".