Es la primera vez que un equipo español acomete este singular, influyente y popular proyecto temporal desde su puesta en marcha, hace quince años.
El pabellón de selgascano es una construcción poligonal con capas amorfas forradas en plástico traslúcido de diferentes colores, que admite juegos de luz y sombras, pero también de agua en una jornada lluviosa como la de hoy.
La aparente frágil estructura de acero, con perfiles en aluminio y suelo de hormigón pintado en blanco, se eleva a ras de los árboles del parque, a pocos metros de la escultura de Peter Pan que bordea el río artificial de la Serpentine.
Desde diferentes distancias y perspectivas, la construcción tan pronto recuerda la silueta de un gusano como un espacio destinado a juegos infantiles.
"El elemento lúdico es muy importante y esta estructura está pensada para que la gente interactúe con sus múltiples entradas y recovecos", afirmó Cano en un encuentro con un reducido grupo de periodistas españoles.
Su marido advirtió a su vez: "lo más interesante fue el proceso de diseño y construcción, que fue estresante, estimulante y tenso".
Sencillez, accesibilidad, versatilidad y experimentación conjugan las claves de esta iniciativa que la Serpentine plantea como una carrera a contra reloj desde la inauguración de la iniciativa por Zaha Hadid en 2000.
Los creadores seleccionados solo disponen de seis meses para plantear la idea, desarrollar bocetos y supervisar la construcción de su proyecto.
"Nos gusta experimentar con materiales, pero aquí era más complicado dada la limitación de tiempo y los normativas de seguridad", admitió el arquitecto madrileño.
La pareja optó por un plástico de última generación, ETFE, que se puede "desmontar, plegar y embalar" en un santiamén, según apuntó Cano antes de resaltar: "utilizamos un material común de forma muy distinta a lo habitual".
El pabellón reposará en los jardines de Kensington hasta el 18 de octubre, tras su apertura al público este jueves. Los Ángeles será su próxima morada, según confirmaron hoy sus creadores.
"El edificio no termina aquí y seguiremos experimentando y trabajando sobre la estructura a lo largo de este movimiento por otras localizaciones", aventuró Selgas.
El matrimonio recogió el testigo de arquitectos internacionales, como Frank Ghery, Oscar Niemeyer o entre otros, Daniel Libeskind, que protagonizaron con sus distintos proyectos las ediciones anteriores del Pabellón de Verano de la Serpentine.