Xi ha adoptado la erradicación de la droga como una de las señas de su mandato, junto con la lucha contra la corrupción y la contaminación.
"Las drogas son una amenaza contra la sociedad y un problema importante de seguridad pública: dañan seriamente la salud, corrompen la voluntad, destrozan familias, consumen la riqueza, envenenan la sociedad, contaminan la sociedad y empujan al crimen", dijo ayer en un acto en que se condecoró a un centenar de organizaciones y personas individuales que se han significado por la lucha contra las drogas.
"La lucha contra la droga está relacionada con la seguridad, la prosperidad y el bienestar del pueblo, así que la oposición firme es la postura del Partido y el Gobierno", añadió Xi.
El presidente avanzó que solo la actuación de todos los estamentos del Partido Comunista de China (PCCh) y el apoyo de la sociedad pueden llevar al país a la victoria.
China tiene un problema creciente con las drogas después de que Mao Zedong consiguiera erradicarlas casi por completo.
El crecimiento económico las ha devuelto al país y ha variado el patrón tradicional tanto de sustancias como de adictos.
Éstos han pasado de ser desempleados, granjeros o emigrantes laborales a jóvenes urbanitas con ingresos crecientes.
De los 480.000 nuevos usuarios identificados el pasado año, casi las tres cuartas partes tienen menos de 35 años y 29.000 son menores de edad.
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Los adictos a sustancias como la metanfetamina se han sextuplicado en los últimos siete años hasta rozar los 1,5 millones.
Las autoridades han alertado en numerosas ocasiones del vínculo entre el delito y las drogas, especialmente las sintéticas.
China detuvo el pasado año a 169.000 personas por crímenes relacionados con la droga, según estadísticas oficiales.
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El gigante asiático tiene registrados a 2,95 millones de drogadictos, aunque el Ministerio de Seguridad Pública estima que el número real supera los 14 millones, lo que supone casi uno de cada cien habitantes.
La droga causó el pasado año pérdidas económicas de 500 mil millones de yuanes (más de 80 mil millones de dólares) y 49.000 muertes, según Pekín.
La lucha contra la droga se ha cobrado también la detención de celebridades como el hijo de Jackie Chan, quien pasó medio año entre rejas.