Aunque asegura que abandonar la moneda común es mucho más aterrador que entrar, Krugman considera que "en Europa nunca se establecieron las condiciones previas para que la moneda única tuviera éxito".
Según el economista, casi todo lo que se ha escrito sobre la irresponsabilidad griega es falso, y aunque hace años que el país aplica las draconianas condiciones impuestas por la Troika, han sido estos mismos recortes los que han causado el colapso de su economía.
Las propias características del euro, que define como una "camisa de fuerza", han impedido afrontar una devaluación de la moneda, tal y como hizo Canadá en los noventa e Islandia recientemente.
A juicio del prestigioso economista, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha propuesto un referéndum porque la Troika está chantajeándole, ofreciendo un pacto sin contrapartidas, la reedición de los recortes que tanto sufrimiento han causado, y cuya única razón es destruir políticamente a la coalición de izquierdas en el Gobierno griego.
Para Krugman, Grecia no debe temer el caos porque muchas de las consecuencias más dañinas de abandonar el euro, como el cierre de bancos o el control de capitales, ya se han producido, mientras que aceptar las exigencias de la Troika supondrían el abandono de cualquier pretensión de soberanía y de independencia.
Finalmente, señala el economista, no se trata del diálogo entre los griegos ignorantes y unos expertos en economía, sino de un duelo por el poder en el que los tecnócratas europeos han demostrado ser "unos fantasiosos ignorantes de todo lo que sabemos de macroeconomía" y cuyas recetas han sido siempre erróneas.
De no votar "no" el próximo domingo, alerta, "Grecia se enfrentará a una austeridad y una depresión sin fin".