La capital moldava, Chisinau, donde vive una tercera parte de la población del país, revalidó como alcalde a Dorin Chirtoaca, candidato del europeísta Partido Liberal que se impuso sobre la ex primera ministra Zinaida Greceanii, del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (prorruso).
“Y eso que diversas encuestas sociológicas hablaban de entre el 60 y el 80 por ciento de los moldavos a favor de la unión aduanera”, dice el politólogo Andréi Andrievski y añade que “las elecciones ponen punto final a los debates”.
Durante mucho tiempo, según el experto, en Moldavia habrá políticos que critiquen a la Unión Europea y se pronuncien por el acercamiento a Rusia.
“Es normal, pero con buena dosis de seguridad podemos afirmar que estos políticos y partidos no volverán a gobernar Moldavia al nivel local ni al nivel nacional”, augura Andrievski.
Para el presidente del Partido Popular Socialista, Víctor Stepaniuc, Moldavia abandona la zona de influencia rusa y apuesta por una relación de buena vecindad tanto con Moscú como con Bruselas.
“El resultado de estos comicios es la renuncia a cualquier opción geopolítica. Los moldavos quieren permanecer entre dos uniones, la oriental y la occidental, cooperar con ambas sobre el principio de paridad y con respeto a sus intereses nacionales”, afirma el político.