"Si se produce el default de Grecia, Rusia podría tomar medidas serias para apoyar su economía, excluyéndola del embargo agroalimentario impuesto a la UE", señala el economista Dmitri Zemliakov, catedrático de la Academia Presidencial de Economía Nacional y Administración Pública.
El experto argumenta que "así podríamos, primero, diversificar en parte nuestro mercado de alimentos y, segundo, ganar un socio estratégico en la UE abriendo brecha en el régimen de sanciones contra Rusia".
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También a Atenas, según él, le conviene plantearse la alternativa de avanzar hacia la integración con la Unión Económica Euroasiática en busca de inmenso mercado agrícola y nuevos turistas para balnearios griegos.
El director del Instituto de Análisis Estratégico, Ígor Nikoláev, considera que un posible default de Ucrania supondría para Rusia un riesgo mayor a corto plazo, debido a la deuda que el país vecino tiene con Moscú.
"Un colapso económico de Grecia, en el supuesto de que se produzca, difícilmente provocará una bajada fuerte y duradera del euro. A mediano y largo plazo, los problemas del Viejo Continente pueden considerarse una tormenta purificadora. Cuando amaine, todo volverá a su cauce normal", apunta el experto.