Las preguntas de si seguirá Grecia en Europa y si seguirá el euro en Grecia casi desplazaron la esencia de la consulta: ¿Están los griegos dispuestos a seguir sacrificándose para pagar una deuda cada vez mayor, cada vez más impagable?
Con un 30% escrutado la participación era del 58,44% el "NO" a la propuesta de Bruselas alcanzaba el 60,69% y ampliaba su ventaja sobre el “SÍ” (39,31%).
Sí, la votación parece haber dividido a la población griega. ¿Y qué se podía esperar después de una feroz campaña, llamada a intimidar a los griegos, amenazándoles de hecho con la expulsión del a zona del euro y de la Unión Europea, con el retorno a la dracma y a un pasado que nadie quiere pese a la gravísima situación actual.
¿Y qué será mañana? ¿Quién saldrá mejor parado de la resaca de esta noche, que tanto en Grecia como fuera de ella muchos coinciden de llamar histórica?
Mañana será un día de reuniones.
Sus conclusiones serán examinadas después por el Eurogrupo, el foro de los Ministros de Economía y Finanzas de la zona euro.
Y la conclusión es que habrá que negociar, habrá que contar con un Tsipras reforzado por el apoyo del pueblo griego.
Ellos, Merkel, Hollande, Camerón y sus financieros y banqueros, sí entienden que las especulaciones sobre la salida de Grecia del euro no son más que especulaciones. No está previsto, ni por deseo de un país, ni por deseo de los demás. Incluso los griegos mismos, de querer abandonar la moneda única deberían primero salir de la Unión Europea.
Los griegos tampoco quieren seguir arruinándose cada vez más ellos y endeudando cada vez más a su país, y son conscientes que el país necesita reformas urgentes.
Por eso votaron a Tsipras y a Siriza, porque si alguien es capaz de reformar a Grecia, son ellos. De fijo que no aquellos que no lo hicieron durante decenios de poder.
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