Crear cuasimonedas "es algo no deseable" y sin embargo inevitable en ciertas circunstancias, dijo a Sputnik Nóvosti el economista Agustín D'Attellis, profesor de la Universidad de Buenos Aires y especializado en macroeconomía y mercados financieros internacionales.
A su juicio, "Grecia debería plantearse la creación de una cuasimoneda para obtener liquidez y como proceso de transición hacia el abandono del euro, y no para evitar salirse del euro".
En Argentina "sirvió en su momento y fue una reacción automática frente a la falta de alternativas, porque la emisión de moneda era imposible al existir todavía la ley de convertibilidad (un peso por un dólar)", explicó.
De la convertibilidad a los patacones
En 2001, cuando la crisis del endeudamiento argentino se hizo insostenible y la ley de convertibilidad restringía de manera inevitable el dinero circulante, los gobiernos de varias provincias e incluso el federal se vieron obligados a emitir bonos sin respaldo que oficiaran como medio de cambio.
La primera fue la provincia de Buenos Aires, que en julio de 2001 no tenía efectivo para pagar los sueldos de los empleados públicos. Así nació el Patacón.
Luego llegó el Lecop (Letra de Cancelación de Obligaciones Provinciales) emitido por un fondo fiduciario creado por el gobierno nacional con tasa cero (no generaba intereses) para cancelar deudas con las provincias.
Les seguirían otras 11 cuasimonedas que circularon durante años dentro del país.
Después del default y del abandono de la convertibilidad, la economía argentina se empezó a normalizar y se fueron retirando las cuasimonedas con emisión monetaria a cargo del Banco Central.
El exministro de Economía argentino, Roberto Lavagna (2002-2005), que jugó un papel clave en la recuperación económica de su país, sugirió en mayo la posibilidad de que Grecia adoptara una cuasimoneda en forma transitoria.
"No hay que plantearle a Grecia estar adentro o afuera del euro sino un poco lo que en Argentina fueron las cuasimonedas", dijo entonces a una radioemisora local.
El economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, dijo a Sputnik Nóvosti que este instrumento "ayudó a salir de la crisis" a Argentina, pero "no podemos tomarlo como una experiencia exitosa", porque en algunas provincias las cuasimonedas "no valían nada".
Argañaraz destacó la experiencia de la provincia de Córdoba, que "permitió capear la crisis" con el Lecor (Letra de Cancelación de Córdoba), una cuasimoneda que el gobierno aceptaba para el pago de impuestos y luego volcaba nuevamente al mercado, permitiendo un flujo de circulante.
La cuasimoneda no tiene respaldo del Banco Central, por lo que si se emite "en una proporción importante" va a ser rechazada por la población, porque pierde valor. "Si pasa eso, el experimento sale bastante mal. Te quedas con los problemas de antes, sumados a los diferenciales de precio, según la moneda que uses", indicó.
Para Grecia "puede ser una posibilidad" siempre y cuando el país "logre consistencia en su política fiscal y monetaria".
"El papel cuasimoneda no es nada; te puede ayudar a paliar la cosa, pero tiene que ser sí o sí algo transitorio", insistió.
¿El euro es inviable?
En opinión de D'Attellis, los problemas griegos tienen como origen un pecado "estructural", relacionado "con la conformación de la zona euro a partir de juntar países con productividades muy diferentes, sin atender esas diferencias y atando a todos a una única moneda, creyendo que después se iba a dar una convergencia de productividad hacia la más alta, que es la de Alemania".
Por eso, D'Attellis solo ve como solución a la crisis griega una salida "ordenada del euro", además de una reestructuración de la deuda con "importantes quitas y muchos años de plazo" para que el país "gane oxígeno", adopte "políticas económicas expansivas y retome la senda del crecimiento".
La opción a este camino, según su punto de vista, es que Alemania, la principal economía europea, "contemple esa diferencia de productividad" y "genere algún mecanismo para atenderla desde adentro", lo cual necesariamente implicaría financiación.
Pero el economista observó que "cada vez que Alemania se planteó entregar asistencia a los países más débiles" de la Unión Europea (UE) "se encontró con una gran resistencia interna", por lo cual no cree que esa vía esté expedita.
"Ellos lo ven de otra forma, creen que estos países llegaron a la crisis por una irresponsabilidad fiscal que salió de la nada", dijo D'Attellis, mientras "yo creo que hubo problemas estructurales que los llevaron a esto".
Por eso, "hay un claro efecto de crecimiento del país más productivo que ahogó al resto. La apertura indiscriminada del mercado con una moneda fuerte solo favoreció al que, por productividad, ganó esa disputa", dijo.
Grecia no es Argentina
Con todo, "el camino del abandono del euro va a ser arduo" para Grecia, admitió D'Attellis.
El caso argentino "fue diferente y más sencillo, porque nosotros teníamos moneda", si bien "hubo que derogar la ley de convertibilidad para que pudiera devaluarse".
Grecia, en cambio, "debe recuperar una moneda que ya no tiene, y eso es más complejo, por eso creo que una cuasimoneda puede ser un paso de transición hacia una salida ordenada del euro", concluyó.