La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés) estudia las informaciones sobre movimientos anormales en la bolsa y en los mercados de futuro.
El órgano regulador trasferirá cualquier evidencia a la policía, según la agencia de noticias Xinhua.
Todas las medidas dictadas por China para detener el derrumbe de la bolsa de Shanghái, tradicionalmente una de las más potentes del mundo, han fracasado.
La agencia Reuters ha informado que se ha suspendido la venta de acciones al descubierto durante un mes de 19 firmas.
Pero las teorías conspirativas que envuelven a fuerzas del exterior se han extendido por la red en los últimos días.
Un editorial del diario ultranacionalista admite que algunos de los comportamientos especulativos podrían ser ilegales pero descarta que la caída de la bolsa se deba a "ataques hostiles de inversores extranjeros" y asegura que el mercado de valores chino no es tan fácilmente manipulable como el de Hong Kong o el tailandés.
"Los capitales extranjeros sólo poseen una pequeña parte del mercado de valores chino. Algunos llegan a China a través de canales encubiertos, pero su papel es limitado", asegura el editorial, que descarta que éste pueda controlar las bolsas chinas.
El medio dibuja, sin embargo, un panorama crecientemente peligroso a medida que la bolsa china se internacionaliza y los experimentados inversores extranjeros van entrando e influyen en ella.
"Ese es el precio que tenemos que pagar. No obstante, las instituciones financieras chinas pronto crecerán y se harán más potentes", añade.
La crisis de la bolsa ha cogido por sorpresa a millones de pequeños inversores chinos, que confiaban ciegamente en que el Gobierno pondría diques en caso de caídas pronunciadas.
Las noticias de suicidios son habituales estos días en la prensa local.