La duración de la misión será de un año desde que alcance su capacidad operativa plena.
De momento, doce militares españoles permanecerán en el Cuartel General de la Operación en Roma y en el Cuartel General de la Fuerza.
La participación inicial española será de un avión de vigilancia marítima y sus unidades de apoyo, con un máximo de cincuenta efectivos, que tendrá su base en Sigonela (Italia).
Dependiendo de la evolución de la situación y el posible avance a las sucesivas fases de la Operación, la participación española podría incluir la contribución con medios marítimos, de apoyo o aéreos hasta un máximo de 250 efectivos.
En una primera fase de la misión, según el Gobierno español, se apoyará la detección y seguimiento de las redes de migración a través de la recopilación de información y las patrullas en alta mar.
Por otro lado, de conformidad con una Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o el consentimiento del Estado ribereño concernido, a abordar, registrar y desviar en alta mar, mar territorial o aguas interiores del mencionado Estado las embarcaciones sospechosas.
Por último, se adoptarán todas las medidas necesarias contra una embarcación sospechosa y los medios relacionados, incluso para deshacerse de ellos o inutilizarlos, de conformidad con una Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o el consentimiento del Estado ribereño en su territorio.
Numerosas plataformas de derechos humanos y de emigración españolas se han mostrado contrarias a este tipo de operaciones que califican de "inoperantes".