El jueves, The Guardian, publicó una entrevista con el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, quien acusó a las autoridades suecas de su escasa disposición a debatir el caso Assange con Ecuador y denunció que Estocolmo quería reducir el papel del país sudamericano en la situación a abrir las puertas de su Embajada ante los fiscales suecos.
Julian Assange se refugió en 2012 en la Embajada londinense de Ecuador, después de que la Justicia británica autorizara su extradición a Suecia, donde se le reclama para que responda por un supuesto caso de abuso sexual contra dos mujeres.
En EEUU, Assange se enfrentaría a cargos de espionaje y traición, delitos que pueden ser castigados con la pena de muerte.
Estocolmo insistía en interrogar a Assange en Suecia, pero en primavera de 2015 aceptó hacerlo en territorio de la Embajada ecuatoriana.
A mediados de junio, Assange informó en su sitio web que la fiscal sueca Marianne Ny había cancelado una reunión, ya que había solicitado el permiso de las autoridades ecuatorianas solo dos días antes de la cita, mientras que normalmente la Embajada tarda semanas en examinar las solicitudes.