"Serbia debe ser consciente de su papel en las guerras de Croacia y Bosnia y Herzegovina; está fuera de disputa quién fue el agresor en Croacia y cuál fue el rol del régimen de (el entonces presidente de Serbia) Slobodan Milosevic en todo esto", dijo en declaraciones a Sputnik Nóvosti.
La presidenta del partido laborista señaló que "Croacia y Serbia deben ahora construir la confianza mutua y no avivar los sentimientos nacionalistas que existen en ambos países".
Tireli instó a construir unas relaciones bilaterales basadas en la buena vecindad, pese a los conflictos del pasado.
"Croacia es hoy miembro de la Unión Europea, y lo deseamos para todas las repúblicas de la antigua Yugoslavia, incluida Serbia", agregó.
Las fuerzas croatas combatieron contra el Ejército Popular Yugoslavo (Ejército Serbio a partir de 1992) y distintas fuerzas serbias apoyadas por Belgrado.
Tras anunciar Bosnia y Herzegovina su salida de la República de Yugoslavia en 1992, estalló una guerra en la que tomaron parte musulmanes bosnios, serbios y croatas.
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El asesinato de 8.000 musulmanes a manos de los serbobosnios fue el episodio más cruel de esta conflagración que concluyó en 1995.
Zagreb y Belgrado establecieron relaciones diplomáticas en septiembre de 1996, pero siguen disputando la demarcación de la frontera a lo largo del río Danubio.