En la ceremonia participaron representantes de las autoridades de Rusia, personalidades públicas, diplomáticos de varios países y parientes de las víctimas.
Los nombres de los ejecutados se estamparán en unas losas que formarán dos sendas, simbolizadas por los años 1937 y 1938, que desembocarán en la parte central del conjunto conmemorativo, donde estará la Campana del Recuerdo.
Antes de comenzar la ceremonia, el arcipreste Kiril Kaleda, el superior de la iglesia de los Nuevos Mártires situada en Bútovo, recalcó que es necesario recordar a todas las víctimas de las represiones, independientemente de su nacionalidad y la religión que profesaron.
Las obras deben concluir en el 80 aniversario del comienzo de las purgas.
De agosto de 1937 a octubre de 1938, en Bútovo fueron fusilados y enterrados más de 20.000 personas, mil de ellos ejecutados por profesar la fe cristiana, más de 300 de ellos consiguieron ser canonizados más tarde.