La jornada del viernes ha estado marcada por incidentes tanto en el casco antiguo de Jerusalén como en otros barrios del sector ocupado de la ciudad santa, así como por incidentes en distintas partes de la Cisjordania ocupada, saldándose con varios palestinos heridos y decenas de detenidos.
Los palestinos habían convocado protestas para después de la plegaria del mediodía del viernes en la Mezquita Al Aqsa, donde se han concentrado millares de fieles.
Las protestas de la última semana, las más intensas desde el verano pasado, cuando varios colonos quemaron vivo a Mohammed Abu Judair, tienen por objetivo frenar los avances de Israel en la Explanada de las Mezquitas.
Varios países, incluidos Arabia Saudí, Catar, Marruecos, Turquía y Jordania, han protestado las intervenciones de la policía y los soldados y la represión de los incidentes durante los últimos días.
Los palestinos sospechan que Israel se prepara para cambiar el statu quo de la Explanada de las Mezquitas y proceder a su partición, de manera similar a lo que ocurrió con la Mezquita de Abraham en Hebrón en los años noventa.
Los incidentes más destacados han tenido lugar en el barrio de Abu Tor, donde algunos palestinos han arrojado piedras a la policía, y en el control militar de Calandia, al norte de la ciudad, donde también ha habido choques directos.
El ministro de Seguridad Interior de Israel, Gilad Erdán, ha negado que su país esté cambiando la realidad sobre el terreno en Jerusalén, como afirman los palestinos.
Durante toda la semana, cientos de israelíes judíos radicales han acudido a la Explanada de las Mezquitas protegidos por importantes destacamentos de la policía, lo que ha suscitado más suspicacias entre los palestinos.