El pasado 12 de agosto, en la ciudad costera de Tianjin ubicada a unos 90 kilómetros al sureste de Pekín, se registraron dos explosiones consecutivas en un almacén con más de 700 toneladas de cianuro de sodio, una sustancia extremadamente nociva. La tragedia dejó 165 muertos y ocho desaparecidos
"El martes fueron achicados y retirados los últimos 710 metros cúbicos del agua contaminada del estanque de varios metros de profundidad que se creó tras las explosiones", indicó el portavoz, citado por la agencia Xinhua.
Según la fuente, los departamentos para la protección del medio ambiente reforzarán el control del subsuelo en el lugar de la avería.
De momento, los empleados se dedican a reparar las carreteras dañadas durante las explosiones.
Además, se informó que en la superficie de unos 180.000 metros cuadrados en la región de la tragedia fue creada una zona verde.