La fiesta musulmana del Sacrificio, marcada por la tragedia y la violencia

© REUTERS / Ammar AwadLa Explanada de las Mezquitas de Jerusalén
La Explanada de las Mezquitas de Jerusalén - Sputnik Mundo
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Los musulmanes de todo el mundo celebran hoy una de sus fiestas más importantes, el Eid al Adha o Fiesta del Sacrificio. Conocida también como Fiesta del Cordero, está incluida en el Hajj, la gran peregrinación a la Meca que los musulmanes tienen que llevar a cabo por lo menos una vez en su vida.

Este año, la peregrinación se ha teñido de sangre con la muerte de al menos 717 personas en una avalancha humana. Es la peor tragedia que ha sufrido La Meca en 25 años.

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La festividad del Eid al Adha conmemora que Ibrahim (Abraham) estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Ismail (Ismael) porque Dios se lo pidió para ponerlo a prueba.

Al comprobar su obediencia, Dios lo detuvo y le entregó un cordero para que lo sacrificara en lugar de su hijo. La Biblia contiene este mismo episodio, pero en la tradición judeo-cristiana, Abraham está a punto de matar a su hijo Isaac.

En esta festividad, las familias se reúnen para comer el cordero sacrificado, que tiene que distribuirse también entre los pobres. Son días alegres en los que se cocinan platos típicos, dulces. Y los días previos se les suele comprar ropa a los niños.

La Explanada de las Mezquitas de Jerusalén se ha llenado hoy de fieles musulmanes para rezar en esta festividad tan señalada. Unas 50.000 personas, según las autoridades religiosas del Waqf, han orado ante la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, después de La Meca y Medina, en Arabia Saudita.

Decenas de jóvenes han desfilado, después de los rezos, para denunciar que "Al Aqsa está en peligro", con banderas de países árabes, y han llamado a que se proteja este lugar sagrado.

La Explanada de las Mezquitas está abierta a las visitas de todo el mundo, pero solo pueden rezar en el recinto los musulmanes. Los judíos pueden visitar la Explanada, que ellos llaman el Monte del Templo porque allí alegan que se encontraban los dos templos judíos destruidos, pero no pueden orar.

El statu quo en el complejo, que los musulmanes llaman el Noble Santuario, se estableció mediante un acuerdo entre Israel, Jordania y las autoridades religiosas locales, después de que Israel ocupara la parte este de Jerusalén, donde se encuentra la Ciudad Vieja.

La zona este de la ciudad pertenece a los palestinos según la ley internacional, pero desde 1967 está ocupada por Israel, que se la anexionó en 1980.

Después de la oración, los fieles congregados en la Explanada han intercambiado regalos, especialmente para los niños, que se muestran felices en estas fechas festivas, a pesar de las fuertes medidas de seguridad que las acompañan.

"Lamentablemente, estamos acostumbrados a la violencia y a que nos impidan ser libres", ha dicho a Sputnik Salma, madre de tres pequeños de 6, 3 y un año, en la puerta de Damasco, uno de los accesos más emblemáticos a la ciudad vieja amurallada de Jerusalén.

Salma ha recordado a "nuestros hermanos sirios, que otro año más pasan esta fiesta en guerra, sufriendo bombardeos, con muerte y violencia".

 

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