El documento precisa que "el convenio, elaborado con la participación de Rusia, es el primer acuerdo universal en la esfera de la lucha contra el comercio de órganos humanos, que está dirigido a fortalecer la cooperación policial y jurídica entre los Estados".
El Ministerio de Exteriores ruso considera que el pacto puede convertirse en instrumento de lucha contra los trasplantes ilegales, y señala que la extracción de órganos bajo ningún concepto puede realizarse sin un permiso previo del donante en vida, regla que acepta excepciones en el artículo 4 del convenio.
"La parte rusa valora ese punto como un retroceso en relación con los altos principios del Consejo de Europa en materia de derechos humanos, que mina el régimen de lucha con los delitos de lesa humanidad que abarca, y espera que los países que se unan al acuerdo eviten esos entredichos", insta el comunicado.
Según la OMS, en el mundo anualmente se realizan 10.000 trasplantes anuales de órganos ilegales, y en muchos casos los encargados de suministrar esos órganos a los pacientes forman parte del crimen organizado.
