El fiscal, Luis Navajas, considera que la sentencia fue "ilógica, errónea y arbitraria" y ha pedido a la Audiencia de La Coruña que dicte otra que tenga en cuenta varios documentos clave.
Según Navajas, estos documentos hubieran llevado a un delito medioambiental y prueban que el capitán del barco "debe ser condenado".
El desastre del Prestige se produjo tras el hundimiento en 2002 de un petrolero frente a las costas gallegas, provocando una de las catástrofes medioambientales más grandes de la historia de la navegación, tanto por la cantidad de contaminantes en sus más de 77.000 toneladas de fuel como por la extensión de las zonas afectadas, más de 2000 kilómetros de costa entre España y Francia.
El fiscal asegura tener documentos que acreditan que el capitán del petrolero griego, Apostolos Mangouras, conocía el mal estado del barco.
Sin embargo, la sentencia condenó únicamente a Mangouras a nueve meses de prisión por un delito de desobediencia grave a la autoridad y absolvió a los demás implicados de los delitos contra el medio ambiente.
La sentencia tampoco imputa ninguna responsabilidad a la gestión de las autoridades durante el naufragio, a pesar de la gran desorganización y descoordinación que agravó sustancialmente la dimensión de la catástrofe.
El Fiscal termina su recurso destacando la "importancia de las repercusiones económicas" de estos hechos para entidades y personas, y entiende que "el prestigio de España como Estado que defiende sus costas y riqueza económica quedó en entredicho con la sentencia de la Audiencia".