El nuevo trámite preocupa en el sector turístico pues un porcentaje notable de los visados Schengen en Rusia los tramitaban touroperadores y agencias, eximiendo al solicitante de la visita al consulado o centro de visados, que en algunos casos se encuentra lejos de su residencia.
"El visado biométrico puede ser incómodo para la gente de provincias o que vive alejada de centros de visado, pero a la larga es positivo, porque nos permite un intercambio de información de seguridad entre los estados Schengen que antes no teníamos y así podremos conceder visados de mayor duración", explica.
España, que recibió 1,2 millones de turistas rusos en 2014, ha aumentado de 20 a 27 los centros de tramitación de visados en el territorio de Rusia.
"Ha habido un descenso notable en el número de visados Shengen concedidos, aunque es difícil ofrecer en un periodo tan corto de tiempo una estadística fiable sobre cuál ha sido el impacto", reconoce el cónsul español, que participó junto a sus homólogos italiano y griego en una conferencia sobre el VIS en las oficinas de Rossiya Segodnya.
El descenso en la solicitud de visados de rusos a España previo a la entrada en vigor del pasaporte biométrico es similar al de otros consulados de países Schengen, entorno al 35%, principalmente debido a la caída del rublo.
"Los primeros días desde la entrada en vigor del VIS el descenso fue brutal, pero poco a poco ha ido normalizándose y la cifra del 29 de septiembre respecto al mismo día de 2014 es un 50% inferior. La conclusión más fácil es que el impacto del VIS es del 15%", explica Bauza.
El cónsul destaca que "fue clave conseguir el aplazamiento de la entrada en vigor del VIS" hasta después de la temporada de verano, pico de turismo, una iniciativa propuesta conjuntamente por los consulados de España, Grecia e Italia, principales receptores de turistas rusos en la UE.
"En el caso de España, el número de visitas es un 50% superior al de visados, y el motivo es que desde ya antes de la entrada en vigor del VIS se están concediendo visados de mayor duración", señala el cónsul.
Destaca además la comprensión de las autoridades rusas con la entrada en vigor del nuevo requisito, pese al momento tenso de las relaciones diplomáticas entre Bruselas y Moscú.
"Entienden perfectamente las ventajas técnicas y de seguridad del nuevo sistema", relata Bouza, que recuerda que la propia Rusia ha introducido el requisito del visado biométrico a algunos países.