Más de un centenar de plantas estarán funcionando en esa fecha para producir 58 millones de kilovatios, ha asegurado el medio China Times citando un borrador del 13 Plan Quinquenal (2016-2020).
El desarrollo del sector atraerá a su vez inversiones billonarias ya que se estima que cada kilovatio necesita gastos de 20.000 yuanes (3.150 dólares).
"Con la seguridad garantizada, la energía nuclear debe ser desarrollada de forma rápida y eficiente", ha señalado Lin Boqiang, director del Centro de Investigación de Energía de la Universidad de Xiamen.
Pekín suspendió todos sus proyectos de plantas nucleares en 2011 tras el tsunami que arrasó la central japonesa de Fukushima, un episodio que se vivió con especial preocupación en China.
China sufre una acuciante necesidad de suplir a su economía de energía para su crecimiento y el deteriorado cuadro medioambiental obliga a mirar a fuentes limpias.
El parón de los proyectos en China ha empujado al pujante sector nuclear nacional a vender sus proyectos en el extranjero como parte de la estrategia oficial de expandirse por el mundo.
Un acuerdo firmado con la presidenta Cristina Kirchner en su reciente visita a Pekín prevé que la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) participe con su homóloga argentina para levantar dos reactores en el país latinoamericano.
Está previsto que el primer ministro, Li Keqiang, cierre en su inminente visita a Londres el acuerdo para invertir millones de libras en una nueva planta nuclear en Hinkley Point (Somerset) y otra en Sizewell (Suffolk).
Pero el desembarco chino en un sector tan sensible ha despertado las alarmas por el peligro para la seguridad nacional, según ha publicado la prensa británica.
Una fuente sin identificar ha asegurado al diario The Times que la operación "es una amenaza".
El miedo no está generado por las dudas sobre la seguridad de las plantas sino por la posibilidad de que China pueda manipular el software.