Anteriormente la ceremonia de entierro de los restos de los príncipes, fijada para el pasado 18 de octubre, fue aplazada a petición de la Iglesia Ortodoxa rusa.
Si los especialistas logran demostrar que realmente se trata de los restos del príncipe heredero y de su hermana, esta vez la ceremonia tendrá un carácter completamente distinto, según destacaron al diario representantes del Gobierno.
Los supuestos restos de la familia real fueron sepultados con honores especiales en 1998 en la cripta de San Pablo, en San Petersbugo, lugar donde yacen casi todos los miembros de la familia Románov, pero en el evento no hubo ningún representante de la Iglesia Ortodoxa rusa.
El CIR, que cerró el caso en enero de 2011, decidió abrirlo nuevamente el mes pasado y exhumó los restos del último zar, Nicolás II, y de su esposa, Alejandra.
Igualmente se tomaron muestras de sangre del abuelo de Nicolás II, el emperador Alejandro II, que se encuentran en su casaca, que forma parte de la colección del museo del Hermitage.