La investigación del accidente de Lockerbie se prolongó durante tres años; solo tras recomponer todos los restos del aparato que se pudieron hallar, los especialistas detectaron en el fuselaje un agujero con los bordes curvados hacia el exterior, relató a Kommersant un experto ruso que participó en esas pesquisas.
En el caso del Airbus ruso estrellado sobre el Sinaí, según el experto, la explosión de un artefacto en la bodega de equipaje no pudo causar la desintegración del avión, pero sí su despresurización, que finalmente llevó a que el aparato se destruyera en el aire.
Otros especialistas consultados por Kommersant coinciden en que la llamada despresurización explosiva es la causa más probable de la desintegración del avión, aunque ofrecen otras hipótesis sobre el origen del siniestro.
Así, la repentina pérdida de presurización pudo deberse a una grieta resultado del desgaste del avión o del impacto de una pieza del motor averiado, explican.