El diputado Taleb Abu Arar, de la Lista Conjunta (unión de formaciones árabes y con una pequeña presencia judía) advirtió a la Radio de Israel que la prohibición del Movimiento Islámico es "una declaración de guerra" contra la población árabe de Israel.
Basel Ghattas, diputado de la misma coalición, calificó al ejecutivo israelí de "insensato" y dijo que Israel merece "ser boicoteado" porque se ha convertido en "un estado fascista".
Ghattas pidió "que prohíban el sionismo".
El Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció hoy la ilegalización de la facción norte del Movimiento Islámico alegando que "durante años ha llevado a cabo una campaña de incitación falsa con el eslogan de "(la mezquita de) Al Aqsa está en peligro" que culpa a Israel acusándolo de intentar dañar Al Aqsa y de violar el statu quo".
Los líderes del Movimiento Islámico denunciaron la decisión y las batidas que la policía llevó a cabo en las oficinas del movimiento en diversas localidades, entre ellas Umm al Fahem, Yafa y Nazaret.
El líder del movimiento, el sheij Raed Salah, tildó la decisión israelí de "represiva" y aseguró que dará todos los pasos legítimos posibles, en Israel y a nivel internacional, para eliminar las medidas tomadas contra el Movimiento".
Está previsto que Salah ingrese en prisión la semana que viene para cumplir una condena de once meses por incitación, violencia y racismo en un discurso que pronunció hace ocho años.
Para el diputado árabe Ahmad Tibi, de la Lista Conjunta, la decisión de ilegalizar al Movimiento Islámico es "un movimiento político del Gobierno de derechas, culpable de la situación actual (de incremento de la violencia), y que busca un chivo expiatorio" en el grupo prohibido.
Tibi acusó al ejecutivo de Netanyahu de "explotar los terribles crímenes de París para conseguir sus propios objetivos".
Esta opinión la comparte el profesor de la Universidad de Haifa y analista político Asad Ghanem.
"Netanyahu utiliza lo ocurrido en Francia", afirmó a Sputnik Nóvosti.
Tema: Ataques terroristas en París
Para Ghanem, la ilegalización de la rama norte del Movimiento Islámico "es un ataque contra el islam y los musulmanes y contra la minoría palestina en Israel y es el reflejo de las creencias fascistas y antidemocráticas de Netanyahu".
"El Movimiento Islámico es un movimiento social bien establecido y distribuido en la sociedad árabe, es parte de nuestra sociedad", indicó el profesor, matizando que "es un ataque contra los árabes, no solo contra ese grupo".
Según el sociólogo de la Universidad de Haifa Sammy Smooha, un 42% de los árabes de Israel apoya al Movimiento Islámico, que consta de dos brazos, el del norte, considerado más extremista en sus visiones religiosas, y el del sur, que participa en la política israelí.
