"De los siete millones y medio (de víctimas) registradas oficialmente, solo 1.422 pertenecen a la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales)".
El informe advierte que hay 56.296 personas registradas en la estatal Unidad de Víctimas que no indicaron su género y que 19.286 están en la categoría de "no definidos".
Mientras, en el apartado de víctimas de delitos sexuales figuran apenas 62 con datos completos y hay otras 248 "cuyo género es desconocido".
Según la Defensoría, estas cifras podrían ser resultado de un alto subregistro "asociado al silencio que imponen los (grupos) violentos".
El informe identifica el abuso sexual como una de las principales formas de violencia ejercida contra esta población en las regiones donde se acentúan la presencia y el accionar de los grupos armados.
El estudio se realizó en base a testimonios de 92 personas afectadas en Bogotá (centro), Medellín (noroeste), Cali y Pasto (suroeste) y Santa Marta (norte).
"Cuando las personas con orientación sexual diversa ingresan a estas estructuras armadas, son vistas con desprecio y utilizadas como instrumento de castigo, diversión o explotación por vía del abuso sistemático, como sucede en algunos sectores donde la minería criminal se ha convertido en escenario cómplice de estas situaciones", señala el informe de la Defensoría.
Otra forma de violencia es el homicidio, "por simple intolerancia a la diversidad" dentro de los grupos armados, seguido de las amenazas, "fundamentalmente vinculadas a las iniciativas de asociación de la población LGBTI para defender sus derechos como colectivo social", dice el informe.
Luego se registran la imposición de estereotipos de género, como la intimidación para obligar a las personas a vestir o a actuar de cierta manera, y el desplazamiento forzado.
Durante 2015 la Defensoría Delegada para la Mujer y Asuntos de Género brindó asesoría individual a 52 víctimas con orientación sexual diversa, añade el documento, elaborado con apoyo del Fondo de Justicia Transicional de las Naciones Unidas a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Colombia vive un conflicto armado interno que enfrenta desde los años 60 a guerrillas izquierdistas contra fuerzas del Estado y grupos paramilitares de extrema derecha que emergieron en la década de 1980.
