"No puedo, ni quiero, convocar elecciones", aseguró Mas en una entrevista en Catalunya Ràdio este martes.
"Estoy a la espera de lo que pase este fin de semana, tal como hemos esperado estos dos meses y medio. Para convocar nuevas elecciones, como pide gente diferente, tenemos que esperar hasta el 10 de enero", insistió Mas.
La asamblea de la CUP se resolvió en un empate técnico el pasado domingo con 1.515 votos a favor de apoyar a Artur Mas y 1.515 en contra de investirle.
Si el próximo 10 de enero no se ha constituido todavía el Ejecutivo se convocarán nuevas elecciones para marzo.
No obstante, el presidente catalán es optimista.
"Ha habido mucha gente dentro de la CUP que ha trabajado mucho, con intensidad, y que han logrado que una organización que hace dos meses era toda opuesta a la investidura esté ahora dividida. Esto tiene un valor importante, y lo agradezco", explicó Mas, que añadió que no entendió el empate que se ha producido en la última votación.
La CUP, la otra organización secesionista, obtuvo diez diputados como sexta fuerza política, pero sus parlamentarios se han convertido en imprescindibles para la formación del Gobierno de Cataluña.
El principal problema para la investidura es el candidato, dado que la CUP no quiere que Artur Mas sea presidente por su relación con la corrupción en su partido y las medidas de austeridad tomadas en Cataluña.
Sin embargo, el presidente catalán no lo ve de esta forma:
"Yo no soy el problema, el problema es como garantizamos mejor el proceso catalán. Si damos la imagen que aquí quién lo decide todo es la CUP el proceso soberanista descarrilará", concluyó Mas.