De no llegarse a un acuerdo hoy, el presidente en funciones del Gobierno catalán, Artur Mas, firmará este lunes el decreto para convocar de nuevo elecciones regionales para el próximo 6 de marzo.
La organización anticapitalista CUP pone como condición que Mas no sea el nuevo presidente y que la coalición que lidera presente a otro candidato.
La formación radical considera a Mas un político neoliberal que ha aplicado estos últimos cuatro años duras políticas de recortes en la región más rica de España y que lidera un partido, Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), con numerosos casos de corrupción abiertos.
La CUP basó su campaña electoral en que no apoyaría la investidura de Mas.
Pero Mas y su partido se niegan a ceder en este punto.
El aspirante necesita sólo un voto y la abstención de los otros nueve diputados de la CUP para ser investido como el primer presidente independentista de Cataluña.
Hoy, el coordinador general de CDC, Josep Rull, ha apostado en una entrevista en el diario catalán Ara por "explorar" hasta "el último rincón" las posibilidades de acuerdo aunque, tal y como se mostró Mas en una entrevista ayer por la noche en la televisión pública regional TV3, ha reconocido que no es optimista ya que las posibilidades de pacto son "escasas".
El nacionalista moderado ha defendido la decisión de no ceder en la exigencia de la CUP de apartar Mas como candidato y ha arremetido contra la formación anticapitalista por su intransigencia en este punto.
Rull ha lamentado que la CUP desaproveche una ocasión histórica que será difícil que se vuelva a repetir.