El dirigente conservador reconoció la existencia de extremistas musulmanes entre las fuerzas sirias apoyadas por Reino Unido y sus aliados internacionales en una comparecencia ante el comité de enlace parlamentario, integrado por los presidentes de todos los comités de la Cámara de los Comunes.
Cameron se negó a dar detalles sobre la identidad de los "70.000 combatientes moderados" que Londres pretende reclutar en la ofensiva en Siria contra Daesh (el autodenominado Estado Islámico proscrito en Rusia y otros muchos países).
"No todos son demócratas impecables, algunos son islamistas y otros pertenecen a grupos islamistas de línea dura", reconoció.
El líder tory alegó que clarificar la composición y nombre de los grupos de oposición en Siria colocaría a estos militantes en el objetivo directo del presidente sirio, Bashar el Asad.
En sus respuestas a los diputados, Cameron defendió la urgencia de encontrar una alternativa a un Estado sirio bajo control de Asad, por un lado, y Daesh en el otro extremo.
En este sentido admitió que el futuro gobierno de Damasco debería incluir miembros de la comunidad alauí, "incluso gente que estuvo involucrada" en la administración Asad porque, según declaró, "no queremos desmantelar el Estado" sirio.
Cameron reiteró que mientras Asad continúe en el poder, Siria representará "una amenaza para los intereses de Reino Unido" en las cuestiones fundamentales de migración y terrorismo islamista.
Esto es debido, según dijo al comité, porque "Asad es una causa importante de la crisis migratoria" y se corre el peligro de "tener un Estado suni al estilo de Daesh en el oeste de Siria" si el presidente alauí retiene su cargo en la posguerra.
Cameron también reconoció que la presión del gobierno turco impide a los kurdos que luchan contra Daesh en Siria participar en el proceso de Viena sobre una resolución política a la guerra civil.
