La mayor parte de estas pérdidas será en la industria agroalimentaria, turismo, construcción, sector inmobiliario y actividades minoristas.
Los proyectos de construcción supervisados por contratistas turcos en Rusia ya fueron cancelados, también los operadores turísticos ahora se preparan para grandes pérdidas.
Turquía representa apenas un 2 por ciento en la estructura de importaciones rusas, mientras que a Rusia le corresponde un 10,5 por ciento en el total de exportaciones turcas.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco derribara en territorio sirio un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
Turquía asegura que la aeronave violó su espacio aéreo, mientras que las autoridades rusas sostienen que el aparato no cruzó la frontera turca, lo que confirman los datos de los radares sirios.
Tras el derribo del Su-24 Moscú impuso restricciones económicas a Turquía en los ámbitos de comercio, educación, turismo y empleo.