El país persa busca posibilidades para "asegurar su ingreso en el club de proveedores internacionales de gas licuado", confesó en una entrevista a la edición el director ejecutivo de la compañía iraní exportadora de gas NIGEC, Alireza Kameli.
La prioridad número uno supone la reanudación de los trabajos en las plantas iraníes de licuefacción y es que antes de la implantación de las sanciones en 2011, los proyectos estaban avanzados en un 40 por ciento.
Para completar las obras se requieren entre tres y cuatro años.
Kameli destacó también que su país mantiene negociaciones con las empresas europeas, entre ellas el operador de buques cisterna Golar LNG, sobre la construcción de infraestructura para el sector, un proyecto que "requerirá al menos dos años".
Cuando los equipos estén listos se estudiarán los envíos de gas licuado a Europa, remarcó el funcionario.
Irán también examina exportar gas a sus vecinos Kuwait y Emiratos Árabes, otro de los posibles mercados es Arabia Saudí, pese a su rivalidad política.
Los saudíes, señala el diario, buscan pasar del petróleo a otro recurso energético, pero producir gas licuado en las condiciones actuales es insostenible.
"Arabia Saudí es un importante comprador potencial y no tiene otra opción que acercarse a Irán", apuntó Kameli.