El representante ruso notó que varias delegaciones hablaron de la violación de los principios de la ONU, culpando sin razón a Rusia. "Para que estas fantasías no generen una impresión distorsionada, permítanme hacer una presentación 'exprés' de los casos más insólitos de desprecio del derecho internacional en las últimas décadas, evidentemente, ya olvidados", propuso Ilyichev.
Una larga historia de violaciones del derecho internacional
El bombardeo de la ciudad yemení de Harib por el Reino Unido en 1946 fue condenado por la ONU. La resolución №188 subrayó la "incompatibilidad de las represalias con los objetivos y principios de la Carta de la ONU", según el representante ruso.
También fueron condenadas por la Asamblea General las injerencias de EEUU en Libia en 1986 y en Panamá en 1989.
El Tribunal internacional en varias ocasiones respaldó la opinión de la ONU. En 1946 la entidad declaró la infracción de la soberanía de Albania por parte de Reino Unido, y en 1986, el tribunal denunció la injerencia de EEUU en Nicaragua, añadió Ilyichev.
Las consecuencias modernas de la "irresponsabilidad"
El desprecio "histórico" al derecho internacional creció con más violaciones en la actualidad. En 1999, EEUU y sus aliados bombardearon Yugoslavia, llevando a la desintegración del país, recuerda el diplomático ruso. En 2003 la coalición estadounidense invadió Irak bajo un infundado pretexto. Luego destrozaron Libia, donde crearon "un incendio que acabó con el Estado y dejó cenizas y caos", añadió.
Esto resultó en la aparición y fortalecimiento de movimientos destructivos como el Estado Islámico, conocido también como Daesh (organización terrorista proscrita en Rusia y en otros países).
"Las consecuencias de las injerencias en Libia y Siria son atemorizantes. Provocaron sufrimientos horribles para pueblos enteros, la destrucción del legado cultural de la humanidad y una crisis migratoria sin precedentes", comentó Ilyichev.
Setenta años después de la Segunda Guerra Mundial los principios básicos del sistema de relaciones internacionales se convirtieron en "un impedimento incómodo" muchas veces ignorados, muchas otras trastornados por ciertos países.
"Tal vez la idea de ‘excepcionalidad' permita a ciertas naciones ponerse por encima de los objetivos y los principios de la Carta de la ONU", concluyó el diplomático ruso, citando la infame expresión del mandatario estadounidense, Barack Obama.