"Es saludable que Obama persista en las decisiones ejecutivas que estén a su alcance en ambos temas, dado que son violaciones a la soberanía cubana denunciadas en la Organización de la Naciones Unidas", señaló Karg, politólogo de la Universidad de Buenos Aires.
Obama viajará a La Habana los días 21 y 22 de marzo, pero el desmantelamiento de la base naval y la devolución a Cuba de ese enclave en la Bahía de Guantánamo no está en los planes del mandatario.
En cambio, Obama presentó el martes un plan elaborado por el Departamento de Defensa para cerrar definitivamente la prisión de Guantánamo, donde Washington mantiene recluidos a 91 sospechosos de terrorismo, de los cuales apenas 10 tienen cargos formales.
En cuanto a las declaraciones del precandidato presidencial del opositor Partido Republicano, Donald Trump, acerca de que Cuba debería afrontar los gastos para mantener Guantánamo, Karg las consideró un exabrupto más del millonario, similar al "que hizo con México, pidiendo que costee económicamente un muro que él mismo pidió".
"Trump intenta pararse como un "outsider" pirotécnico y xenófobo, corriendo aún más a la derecha la discusión dentro del Partido Republicano", opinó el politólogo.
El precandidato sostuvo el martes que si llega a ser presidente no cerraría la cárcel de Guantánamo, pero abatiría sus costos, estimados en 40 millones de dólares por mes, a entre tres y cinco millones de dólares.
La Habana reclama la devolución del enclave, extremo por ahora imposible pues requiere un acuerdo entre ambos países y Washington no ha dado señales de querer retirarse.