El Sumo Pontífice añadió que "el Pueblo de Dios no necesita el dinero sucio, lo que necesita son corazones abiertos a la misericordia de Dios".
A los benefactores que llegan con una oferta conseguida con el sufrimiento de los demás, Francisco advirtió: "Por favor llévate tu dinero, quémalo".
El Santo Padre ha hecho de la salvaguardia de los pobres y la limpieza de las finanzas del Vaticano los principios centrales de su papado.