“Desafortunadamente, nuestro Gobierno no es independiente en tomar decisiones políticas. Incluso tras la tragedia de Kunduz. No ha habido una investigación. Pero además de ser médico, mi hermano fue profesor en la universidad. Son muy pocos los especialistas calificados en Afganistán, y ahora sabemos cómo los trata el gobierno. ¿Cómo podemos perdonar a los responsables por este asesinato masivo?”, se pregunta.
“Mi hermano tenía solo 32 años. Murió por ayudar a la gente común y corriente. Resulta que la vida humana no cuesta nada. Esta es la amarga verdad”.
“El día cuando murió mi hermano, no había nadie en el hospital excepto pacientes y médicos. Además, el número de muertos en el hospital fue mucho mayor que el anunciado oficialmente. ¡Fue una mentira total! En realidad, murieron más de 150 personas. Visité las ruinas del hospital 10 días después del bombardeo y vi doce cadáveres quemados no identificados. Y después de todo esto, ¡nos piden perdón! Tienen que darnos algo más que unas disculpas”.
“Claro que esto es difícil para nuestra familia. Nos queda solo apoyarnos mutuamente y seguir adelante. Pero nuestros corazones siguen sintiendo el dolor agudo hasta el día de hoy", añadió Bajaouri.
En octubre de 2015 el hospital MSF en el noroeste de Afganistán fue bombardeado por aviones de la OTAN, en el recinto se encontraban en el momento del ataque unas 200 personas.
El MSF calificó el ataque como "cruel y despiadado" y exigió una investigación internacional que no ha tenido lugar.
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A su vez, el nuevo comandante de las tropas de la OTAN, John Nicholson, expresó sus condolencias a las familias de los muertos en el ataque aéreo de EEUU en la ciudad afgana de Kunduz.
"Les doy mis condolencias y deseo expresar mi más profunda tristeza por sus pérdidas y sufrimientos. Les pido perdón", declaró John Nicholson durante la reunión con los médicos de la organización benéfica Médicos sin Fronteras y los familiares de las víctimas del ataque.