En otros casos, con condenas. Y es que como para el líder turco no es suficiente pasar por el tamiz de la censura todo lo que de él o su Gobierno se habla y publica en su país, también quiere emprender este tipo de acciones fuera de sus fronteras, y Europa es un buen comienzo.
Para que los popes del bloque sepan que no va en broma, el Ministerio de Exteriores de Turquía convocó al embajador de Alemania en Ankara después de que una cadena alemana emitiera una sátira al presidente turco, según reveló el semanario Der Spiegel.
¿La respuesta de la Comisión Europea? 'El presidente Juncker desaprueba la decisión de citar al embajador alemán por el mero motivo de una canción satírica y considera que ello aparta a Turquía de la UE en vez de acercarla'. Así lo comentó en rueda de prensa la portavoz de la Comisión, Mina Andreeva.
'Muchos países no pueden adoptar una postura íntegra hacia las organizaciones terroristas', dijo hace pocos días Erdogan sobre los países occidentales, entre los que se encuentra EEUU y Europa, que apoyan a los kurdos. Lo dijo el señor acusado de apoyar a los terroristas del Estado Islámico, quien quiere llevar a la libertad de expresión en Occidente a otro nivel. El que aplica en su país.
El Dr. Armando Fernández Steinko, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que desde el derribo del avión ruso, y desde que la crisis ha ido escalando, Occidente está teniendo un poco más de cuidado y tomando distancia con respecto a Turquía, porque el 'experimento' del fundamentalismo suave de Erdogan, es preocupante.
Da la impresión de que al circo que empezó a instalar el mandatario turco hace un tiempo, que incluye el derribo del bombardero ruso y su presunta implicancia en la financiación de los terroristas del Estado Islámico, comenzaron a crecerle los enanos.
