"Quiero destacar el esfuerzo enorme del sector público y el Comité Organizador de Río 2016 por conseguir unas olimpiadas austeras sin estadios ostentosos y sin elefantes blancos: cualquiera que haya visitado el Parque Olímpico verá que son funcionales y no exagerados para su cometido; nuestra agenda de austeridad estaba presente mucho antes a la situación económica complicada de Brasil", declaró.
En este sentido, el alcalde de la ciudad olímpica recordó que "el 60 por ciento de nuestro gastos con infraestructuras olímpicas vienen del sector privado" y desafió a los periodistas presentes a "comparar con lo que costó el Parque Olímpico de Londres 2012" para recalcar que "la situación de las cuentas del Ayuntamiento de Río de Janeiro es confortable y no habrá problemas".
"Llegamos a 100 días de las olimpiadas con los deberes cumplidos, me gustaría pedir a la población de Río de Janeiro que participen de los Juegos Olímpicos y que nos ayuden a conseguir un éxito de organización", concluyó el alcalde en un llamamiento con cierto toque de advertencia, teniendo en cuenta el nivel de saturación que sufrirá la ciudad durante la visita de los 800.000 turistas durante el evento olímpico.