Los “soldados invisibles” garantizan la seguridad de ciertas empresas industriales estratégicas, así como de varias entidades científicas del país. Además, vigilan las instalaciones atómicas de la empresa estatal Rosatom y los objetivos nucleares de Rusia.
La importancia de los sitios protegidos por esta rama del Ejército conlleva a que las formaciones especiales gocen de los desarrollos más novedosos de la industria militar rusa vinculados con la detección de la penetración ilegal en las zonas de acceso restringido.
“Nuestro sistema es autónomo y capaz de detectar a los infractores, así como de seguir su movimiento sin que un operador lo mande”, afirmó el vicedirector de la Corporación al diario Zvezda.
Otra innovación es un cable detector. Su alta sensibilidad permite detectar vibraciones minúsculas en la superficie del recinto protegido y determinar con certeza el tipo de objeto en movimiento, sea una persona, un coche o un vehículo de orugas.
Al identificar el infractor, el sistema automáticamente envía a su posición un vehículo no tripulado dotado con cámaras de vídeo para el monitoreo más detallado de la situación.