En 2015 la Rada Suprema de Ucrania suspendió la acreditación a más de 100 medios de comunicación rusos a instancias del Servicio de Seguridad de Ucrania. Desde entonces, ningún periodista ruso puede estar seguro a la hora de viajar al país vecino.
Hasta hace poco a Occidente eso no le parecía un problema, ni mucho menos una amenaza a la libertad de expresión, sino un tema puntual entre Rusia y Ucrania. Incluso sabiendo que una de las exigencias clave del llamado Maidán, las protestas que acabaron con el Gobierno del presidente Víctor Yanukóvich en febrero de 2014, ha sido siempre la de garantizar la libertad de prensa.
Parece que los medios internacionales finalmente se dieron cuenta de que algo va mal en el país eslavo. Porque esta vez ya no se trata de un ataque contra un periodista ruso, sino contra un conocido presentador de televisión local, Savik Shuster.