Son las mejores cocineras
Mientras que en algunas otras partes del mundo las familias suelen comer en un restaurante o en McDonald’s, las mamás rusas y latinoamericanas siempre preferirán cocinar en casa. No importa de qué estamos hablando, un Borsch o un Sancocho, la comida de mamá siempre será la mejor. ¡Pero nunca le preguntes a tu madre qué es eso! La respuesta será siempre la misma: “¡Cállate y come!”
El suelo es el peor enemigo de tus hijos
Las madres rusas y latinoamericanas tienen un enemigo en común: el suelo. Según la mitología materna si un hijo toca el suelo frío con los pies descalzos lo más probable es que una pulmonía acabe con su vida. Es por eso que una madre latinoamericana se asegurará de que su hijo siempre lleve puesto calcetines, así vivas al lado del mar. ¡Siempre!
Por su parte, las madres rusas protegen a sus hijos con zapatillas de casa (tápochki en ruso). No te sorprendas cuando veas a la entrada de una casa rusa una montaña de tápochkis, es algo normal.
¡Dios te vigila, hijo!
Aunque las madres rusas y latinoamericanas saben que no siempre pueden estar a nuestro lado, se aseguran de que sepamos que Dios siempre está con nosotros, vigilándonos. ¿Ortodoxo o católico? ¡No importa! Una madre latina siempre se asegurará de que lleves un crucifijo contigo, y que en tu casa nunca falte la velita a la Virgen de Guadalupe y un cuadro con el Sagrado Corazón de Jesús.
Las mamás rusas por su parte, a pesar de su pasado soviético, tienen un ícono de su santo preferido en casa y se asegurarán de que lleves uno contigo. Y si tienes un carro, el mismo tiene que tener un ícono protegiéndote.
¡Abrígate, mijito!
Aunque las diferencias climáticas entre Latinoamérica y Rusia son muy grandes, las mamás en estos dos lugares consideran que fuera de casa siempre está haciendo ‘fresco’ y obligarán a sus hijos a ponerse un saquito (en Latinoamérica) u otras tres capas de ropa térmica (en Rusia).
Reciclando, antes de que fuera una moda
Aunque hayan sido los estadounidenses los que inventaron los ‘Tupperware’, las madres latinoamericanas y rusas llevan años reciclando. Una casa rusa que se respete está llena de frascos de vidrio que se usan para guardar conservas, mermeladas, pepinos marinados y compota. Además, las madres rusas reciclan los tarros de sardinas para guardar toda clase de cosas: clavos, botones, llaves, los instrumentos de papá, todo lo que se te ocurra.
Por su parte las madres latinoamericanas han usado por años los tarros de la mantequilla o del helado para guardar otras comidas: salsas, sopas, sofrito, arroz, frijoles, y todo lo que puedas imaginar.
Y por supuesto: ¡Feliz día a todas las madres!