Aunque Turquía está cumpliendo su parte del acuerdo (intentando frenar el flujo de refugiados hacia la UE), "el acuerdo no deja de ser una chapuza, porque deja la solución en manos de un país tercero que, a cambio, ha pedido unas determinadas condiciones", insistió Margallo, en declaraciones a la Cadena Cope.
El canciller explicó que este acuerdo pretende que Ankara "ayude a la UE" a que los refugiados e inmigrantes no lleguen a las costas europeas "masivamente por mar".
"Está bien porque es que antes se jugaban la vida: las mafias estaban manejando 3.000 millones de euros anuales aprovechándose de la desgracia de esta gente, estábamos asistiendo a muertes y naufragios en el Egeo intolerables", afirmó el mandatario.