"Es un motor de gran potencia cuya materia de trabajo se encuentra en estado de plasma. Posee una enorme eficiencia energética y puede utilizar cualquier tipo de sustancia como combustible. La potencia de carga de un generador de alta frecuencia supone el único límite a la potencia del motor", señala el comunicado de Roscosmos.
Los investigadores tendrán que resolver todavía varios problemas: la optimización de los procesos plasmáticos, la creación de un generador de alta frecuencia, los sistemas magnéticos criogénicos y los sistemas de abastecimiento y manejo de los nuevos propulsores.
A la notable evolución del proyecto han contribuido, según la corporación espacial, el progreso de las investigaciones en la tecnología de superconductores de alta temperatura y los mayores conocimientos acerca de la síntesis termonuclear y su interacción con el plasma.
En concreto, dichos motores tienen un alto impulso —la velocidad de eyección— y un consumo masivo menor del cuerpo de trabajo. Todo esto posibilita que las naves espaciales realicen vuelos de larga distancia.